¿Por qué la inercia térmica contribuye al ahorro energético en los edificios?
La inercia térmica es un concepto clave en la arquitectura sostenible ya que desempeña un papel fundamental en la eficiencia energética de los edificios. Entender cómo funciona y cómo puede ser aprovechada en el diseño de fachadas ventiladas puede marcar la diferencia en el rendimiento térmico de una construcción y en el confort que aporta a las personas. A continuación, exploramos su importancia y cómo contribuye a reducir el consumo energético de los edificios.
¿Qué es la inercia térmica?
La inercia térmica es la capacidad que tiene un material de almacenar calor y el tiempo que tarda en retenerlo y en cederlo. Este proceso permite que las superficies absorban calor cuando las temperaturas son altas y lo liberen gradualmente cuando los grados bajan. En otras palabras, un material con alta inercia térmica actúa como un almacén térmico, suavizando las variaciones de temperatura en el interior de los edificios. Por eso es tan importante aplicarlo tanto en los proyectos arquitectónicos nuevos como en las obras de rehabilitación, para conseguir que los edificios registren un comportamiento óptimo respecto a los cambios de temperatura.
¿Qué materiales de construcción tienen mayor inercia térmica?
Los materiales constructivos con una mayor inercia térmica son los que tienen origen pétreo, como el hormigón, el ladrillo o la cerámica, ya que son capaces de moderar los picos de temperatura, manteniendo el interior del edificio más fresco durante el verano y más cálido en invierno, sin necesidad de recurrir en exceso a sistemas de climatización artificial. La inercia térmica de un material de construcción depende de tres factores: la masa de ese material, su densidad y el calor específico.
Fachada ventilada cerámica: el sistema que garantiza el control térmico del edificio
El concepto de inercia térmica interviene en la eficiencia de los materiales utilizados, pero, de forma más amplia, se demuestra positivamente en la solución integral de la fachada ventilada cerámica. Se trata de un sistema que además de incorporar los beneficios térmicos de la cerámica como revestimiento, también emplea la circulación de aire en su cámara para garantizar ese control térmico de manera efectiva. Veamos las claves de la fachada ventilada cerámica para lograrlo.
Fachada ventilada, eficaz en verano y en invierno
La cámara de aire ventilada actúa de manera diferente en verano y en invierno, regulando el flujo de aire, por un lado y evitando la transferencia de calor no deseada, por otro.
- En verano los rayos del sol inciden directamente sobre el revestimiento y no sobre el edificio. Eso ocasiona que el aire que se encuentra en la cámara se caliente, disminuya así su densidad y por convección ascienda, ocupando su lugar aire fresco. Este movimiento de aire en la cámara, resultado del efecto chimenea, evita la acumulación de calor en la fachada. A ello se suma la protección extra del aislante térmico contra los agentes atmosféricos que se instala en las fachadas ventiladas
- En invierno influyen otros condicionantes, sobre todo porque la radiación solar no es suficiente para conseguir unos movimientos de aire similares a los de verano. Por eso, en esta estación, la fachada actúa como acumulador de calor, y la cámara de aire ayuda a conseguir la estabilidad térmica del sistema. En este caso, el aislante colabora proporcionando una máxima acumulación e impidiendo que el calor interior del edificio se pierda.
Efecto chimenea y aislante térmico: así actúa la cámara de aire de la fachada ventilada
Como veíamos antes, la cámara ventilada de este tipo de fachadas se caracteriza por el fenómeno denominado efecto chimenea, clave para que en verano el calor se disipe de la estructura ventilada y no llegue a penetrar en el edificio. Por su parte, en invierno la cámara cumple otra función: acumular el calor interior del edificio y aislarlo del exterior para que no se pierda.
Inercia térmica y eficiencia energética: confort y ahorro en la fachada ventilada
La eficiencia energética se define como la capacidad de un edificio para consumir menos energía en mantener las condiciones óptimas. Un edificio diseñado para maximizar la inercia térmica puede reducir su dependencia de sistemas de climatización artificial, tanto de calor como de frío, disminuyendo el consumo energético y las emisiones de carbono hasta conseguir edificios cero emisiones. La inercia térmica es un parámetro determinante que permite crear y transformar edificios en construcciones más confortables, sostenibles y eficientes.
Como hemos podido comprobar, la fachada ventilada es la solución óptima para alcanzar tanto ese nivel de confort que se espera de un edificio, como un ahorro en la factura energética. Como resultado obtenemos edificios con fachada ventilada que se autorregulan y son capaces de reducir los cambios bruscos de temperatura consiguiendo una estabilidad térmica. Lo que supone un ahorro considerable en la factura energética, tanto en invierno, reduciendo el consumo de calefacción, como en verano disminuyendo el consumo necesario para refrigerar los edificios.
Beneficios de la fachada ventilada en términos de confort térmico y eficiencia energética
La inercia térmica que caracteriza a las fachadas ventiladas cerámicas resulta clave para usarla estratégicamente como medida pasiva ya que aporta beneficios tan relevantes como:
- Ahorro en consumo de energía y edificios más eficientes
- Temperatura constante a lo largo de todo el día
- Sensación de confort en el interior de la edificación
Por su funcionamiento en cada estación del año, las fachadas ventiladas permiten un control térmico riguroso adaptándose a las necesidades específicas. Este sistema además de permitir la circulación del aire también protege al edificio de los agentes meteorológicos externos tales como agua, viento o humedad. El conjunto formado por el sistema de fachada ventilada junto a la piel cerámica que hace de revestimiento, no solo contribuye a aumentar el confort del edificio, sino que también permite un ahorro significativo en el consumo de energía, mejorando su eficiencia. Un sistema que, en conjunto, suma ventajas al edificio tan útiles y prácticas como:
- Vida útil prolongada con bajo mantenimiento de la fachada
- Compromiso sostenible al usar materiales naturales, reciclables y duraderos
- Gran resistencia a condiciones climáticas extremas
- Resolución de puentes térmicos
La mejor solución para rehabilitar un edificio poco eficiente y hacer frente a las múltiples patologías que presentan las fachadas mal aisladas es la instalación de una fachada ventilada cerámica. Humedades, condensación o efecto de pared fría son algunos de los problemas que se resuelven con la rehabilitación de la fachada a través de una fachada ventilada.
Edificios sostenibles con las fachadas ventiladas cerámicas
En FAVEKER® apostamos por la sostenibilidad de forma transversal: en la solución constructiva, en las piezas cerámicas y en el proceso productivo. Aprovechamos la alta inercia térmica de la cerámica y las ventajas del sistema de fachada ventilada para construir edificios eficientes, confortables y sostenibles. Si necesitas asesoramiento en tu proyecto, contacta con nosotros.