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¿Tipos de fachadas que existen?¿Cuál es mejor?

Ventajas y diferencias entre la fachada ventilada cerámica y el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE). Conoce cuál se adapta mejor a tus necesidades y optimiza el rendimiento de tu edificación.

En septiembre de 2015 los países miembros de las Naciones Unidas acordaron 169 metas concretas para hacer frente a los desafíos mundiales que quedaron recogidas en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible dentro de lo que se conoce como Agenda 2030.

Algunos de estos objetivos afectan también a la construcción y el sector inmobiliario, pues aspiran a un desarrollo de infraestructuras y ciudades sostenibles a través de soluciones constructivas que permitan ahorros energéticos y reducción de consumo a sus ocupantes, a la vez que limiten la huella de carbono de los edificios y se promuevan medidas de economía circular.

Uno de los elementos que más impacto tiene en la eficiencia energética y el aislamiento térmico y acústico de los edificios es la fachada. Por ello, es de vital importancia diseñar y planificar la solución arquitectónica para cada proyecto, en particular en función de sus necesidades.

 

Tipos de revestimientos de fachadas

 

Dentro de los tipos de fachadas podemos distinguir entre fachadas convencionales y fachadas ventiladas.

Las primeras consisten en un sistema constructivo constituido por una capa aislante adherida al muro interior, y a su vez un acabado exterior mediante revestimiento cerámico, raseado y pintado, mortero monocapa, revestimiento de piedra, etc. adherido al propio muro.

Existe una variante conocida como SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior), en la que el aislamiento térmico se coloca en el exterior de la estructura del edificio, directamente sobre la superficie de las paredes existentes mediante adhesivos y anclajes mecánicos, y luego se aplica un revestimiento protector sobre el aislamiento.

Revestimiento de fachadas exteriores con SATE

Frente al sistema de aislamiento interior, el SATE mejora la eficiencia energética al proporcionar aislamiento térmico a las paredes exteriores del edificio. Sin embargo, si bien el SATE permite eliminar las condensaciones intersticiales, este sistema de aislamiento padece como el resto de fachadas convencionales de una limitación en su capacidad para controlar la humedad en comparación con la FACHADA VENTILADA.

Cabe recordar también que este tipo de fachadas no incorporan ninguna barrera entre la piel y el muro del edificio, por lo que no pueden ser eliminados los puentes térmicos, responsables del 30% de las pérdidas de energía de un edificio.

Las fachadas convencionales como el SATE, por su menor sofisticación técnica, suelen ser más simples y rápidas de instalar y no precisan de una mano de obra tan especializada. Por el contrario, son más proclives a necesitar actuaciones posteriores por motivos de mantenimiento, reparación de humedades, desprendimientos, limpieza, grietas, etc.

Revestimiento de edificios con fachada ventilada cerámica

En el caso de los sistemas de FACHADA VENTILADA, además del aislamiento térmico y acústico en el exterior, se coloca una estructura de soporte independiente, la cual soporta el revestimiento de fachada exterior a cierta distancia de la pared principal del edificio. Con ello, se logra un espacio ventilado entre la piel del edificio y el aislamiento que tiene múltiples ventajas.

En primer lugar, permite que el edificio respire y quede más protegido del agua de lluvia y que se seque rápidamente en caso de que se moje, evitando así la aparición de humedades en el interior de la vivienda y reduciendo el riesgo de condensación en la pared exterior, y por consiguiente incrementando el confort de sus ocupantes.

En segundo lugar, la cámara ventilada favorece la circulación de aire, especialmente significativa en verano, cuando el aire caliente asciende y se evacúa, por lo que el calor exterior no se transfiere al interior de la vivienda. En invierno, el aire de esa cámara ventilada permanece estanco y actúa como una capa aislante adicional. En ambos casos, esto se traduce en una reducción importante de la demanda de energía primaria para la climatización del interior del inmueble.

Si bien es cierto que estos tipos de fachadas ventiladas tienen un sistema de instalación de mayor complejidad técnica que las fachadas convencionales, su mantenimiento es mucho más sencillo y, especialmente cuando se opta por sistemas de fijación mecánica como los sistemas para las fachadas ventiladas de Faveker®, la sustitución de elementos de la envolvente se puede realizar de manera individualizada rápidamente. Además, son sistemas que se adaptan particularmente bien a la rehabilitación de edificios, pues permiten solventar desniveles y cerrar puntos singulares como esquinas, cornisas, balcones y ventanas.

Al igual que las fachadas convencionales, las fachadas ventiladas pueden estar revestidas de multitud de materiales: vidrio, madera tecnológica, cerámica, fibrocemento… De todos ellos, la cerámica extruida como la de las fachadas ventiladas Faveker® destaca por su alta resistencia y su variedad de acabados y diseños.

 

Faveker® dispone de placas cerámicas de gran formato, que alcanzan hasta los 1,8 metros de longitud, y que pueden personalizarse gracias a la tecnología de impresión digital con los que se consiguen acabados inspirados en otros materiales de la naturaleza como la madera, el mármol o la piedra, pero manteniendo las ventajas técnicas que la cerámica ofrece frente a estos otros materiales, como puedan ser la máxima resistencia y reacción al fuego, la resistencia frente al impacto y los choques térmicos, o la durabilidad del color.

Además, la FACHADA VENTILADA cerámica Faveker® incluye la tecnología antibacteriana Bioklinker®, que previene frente a hongos y bacterias, sin necesidad de mantenimiento ni perecedera y efectiva tanto por el día como por la noche.

La fabricación por extrusión también permite ir más allá de diseños planos, los arquitectos pueden así dar rienda suelta a su imaginación con geometrías 3D con las que potenciar volúmenes y efectos.

Faveker® contribuye además a la consecución de edificios y construcción sostenibles, al aportar al proyecto un material 100% reciclable y que contiene 50% de reciclado en su composición.

El proceso de fabricación además es sostenible en sí mismo por el aprovechamiento íntegro del agua empleada. Con todo ello, se promueve la economía circular que va desde la consecución de las materias primas hasta el final de la vida útil de la envolvente del edificio, minimizando la huella de carbono.

¿Qué tipos de revestimientos de fachadas es mejor, el revestimiento con SATE o la fachada ventilada cerámica?

En resumen, los sistemas constructivos que aíslan por el exterior como el SATE y la FACHADA VENTILADA mejoran la eficiencia energética al proporcionar aislamiento térmico a las paredes exteriores del edificio. Entre ellos dos, la FACHADA VENTILADA proporciona un nivel más de confort al edificio gracias a su mayor capacidad para controlar la humedad y reducir el riesgo de condensaciones.

En cualquier caso, cada tipo de fachada, ya sea convencional o ventilada, tienen sus ventajas e inconvenientes. La elección entre una solución u otra solución dependerá de factores como el clima local, el presupuesto, el diseño arquitectónico y las metas específicas de eficiencia energética y estética del proyecto de construcción.

En el caso de las fachadas ventiladas cerámicas, Faveker® cuenta con alternativas y sistemas para dar solución a exigencias de todo tipo, tanto a nivel técnico como de diseño, con una relación calidad-precio que permiten justificar la inversión que supone instalar un sistema de fachada avanzado como este que contribuye a su vez a cumplir con los objetivos de sostenibilidad y descarbonización fijados por la Agenda 2030.